Gracias a la internacionalización de muchas expresas, la expatriación se ha transformado en una práctica común en la que los trabajadores se ven beneficiados de diferentes maneras y logran experimentar desafíos laborales que enriquecen su vida profesional. Asentarse en el lugar adecuado es determinante para ellos ya que buscan vivir una agradable experiencia en un país que no les es conocido. En este post, te contamos todo lo que debes considerar si eres trabajador expatriado, especialmente si eres trasladado a Madrid.
¿Qué son los trabajadores expatriados?
Se considera persona expatriada a aquella que reside en un país diferente al que nació. La palabra deriva del término “ex” (fuera) y patria (país). En el caso de los trabajadores expatriados se hace referencia especialmente a aquellos que son enviados a realizar un trabajo temporal a otro país.
Es muy común que muchas empresas envíen a sus trabajadores a países extranjeros para brindar un servicio determinado o realizar tareas que solo esa persona está capacitada para hacer. Por ley, este traslado internacional temporal para el trabajador debe estar justificado desde un punto de vista económico, técnico, organizativo y/o de producción.
Entre las principales características de un expatriado se pueden destacar sus habilidades profesionales cualificadas ya que son personas seleccionadas puntualmente para una labor específica. Por lo general, como los trabajos asignados son de tiempos cortos, la familia de los expatriados no se muda con ellos, lo que tiene un gran impacto en la cultura del trabajo.
A su vez, sobre todo en los últimos años, la creciente cultura de los trabajadores independientes trajo profesionales autónomos que deciden “autoexpatriarse” para gozar de comodidades, facilidades o experiencias que su país de origen no le puede brindar.
¿Qué recoge el Acuerdo de Expatriación?
La legislación laboral española establece un Acuerdo de Expatriación en el artículo 40 del Estatuto de Trabajadores en el cual se fijan los derechos laborales de los trabajadores expatriados que son contratados por una empresa de España y que de forma temporal se van a trabajar en el extranjero.
Respecto a la duración, se establece que el desplazamiento debe tener carácter temporal. La misma no puede ser mayor a seis años y se acuerda que en un periodo de tiempo determinado el trabajador volverá a España.
Sea cual sea el lugar de traslado, se habla de un acuerdo con carácter definitivo y, por lo tanto, el trabajador se desvincula de la empresa española y firma un nuevo contrato de trabajo en el país donde es enviado.
Por consiguiente, salvo que exista un convenio entre España y el otro país, la relación laboral existente en el país de origen pierde valor y el trabajador dejará de cotizar a la Seguridad Social en España, sino que lo hará (y también tributará) en el país de destino.
Expatriados vs. desplazados: ¿en qué se diferencian?
La principal diferencia entre los expatriados y los desplazados es que este último se mantiene dentro del sistema de Seguridad Social del país en el que se encuentra trabajando, mientras que el expatriado se somete a la legislación del estado al que es trasladado.
En el caso de los trabajadores desplazados, su desplazamiento inicial no podrá tener una duración superior a un año. De todas maneras, la empresa puede establecer prórrogas, por lo que realmente no existe un tiempo máximo total.
Dentro de la Unión Europea, también podemos encontrar a los llamados trabajadores multiestatales, que son aquellos que habitualmente trabajan en dos o más Estados Miembros. En este caso, si la persona trabaja al menos un 25% de su jornada laboral en su país de origen, tiene permitido seguir conservando los beneficios de la Seguridad Social de su patria.
Ventajas y desventajas de vivir y trabajar como expatriado
Indudablemente, una de las principales ventajas de ser expatriado es la experiencia profesional y el desarrollo personal del que se beneficiará al prestar sus servicios a una empresa extranjera. Es común que las empresas se hagan cargo de todos los gastos originados por el desplazamiento del trabajador y además ofrecen numerosos incentivos profesionales.
Respecto a las ventajas fiscales para los expatriados, el mismo podrá considerar exentos los rendimientos percibidos por su actividad laboral en el extranjero hasta 60.100 anuales, que no deberá incluir en su declaración del IRPF y también es compatible con la deducción por doble imposición internacional en la parte que supere el límite máximo exento.
En cuanto a la persona impatriada (persona del extranjero que se traslada a España), le quedan excluidas sus rentas percibidas, así como las ganancias derivadas de la transmisión de elementos patrimoniales que están gravadas a tipo de 19% a 26% dependiendo del caso.
Entre las principales desventajas de los trabajadores expatriados, la cuestión pasa mayormente en términos de desapego de su país de origen. En estos términos, la incertidumbre de no saber si la situación será permanente y sensación de soledad y desarraigo que esto podría conllevar, son aspectos psicosociales que pueden afectar al trabajador expatriado.
Habitaciones para trabajadores expatriados en Madrid
La globalización ha favorecido el establecimiento de empresas (principalmente multinacionales) en España. Aun así, muchas veces aquellas personas con residencia fiscal en el extranjero que trabajan en nuestro país no logran encontrar un lugar donde se sientan sumamente cómodos y puedan forjar nuevas relaciones.
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